Escribí esto en 2016, cuando decidí pasar de beber a ser abstemio. Nunca lo publiqué porque realmente no había un lugar para eso, ¡pero recientemente me di cuenta de que teníamos un lugar para un blog aquí mismo!
Aquí están mis pensamientos, entonces recientemente concebidos, sobre dejar el alcohol. Han pasado siete años y sigo teniendo los mismos sentimientos sobre el tema.
Pasar del alcohol a bebidas no alcohólicas ha sido una de las mejores decisiones que he tomado para mi bienestar general. Como alguien que recientemente hizo el cambio, puedo dar fe de los numerosos beneficios que ha traído a mi vida y la mejor parte es que las bebidas sin alcohol saben muy bien y pueden ser muy diversas.
Uno de los beneficios más significativos que he notado es la mejora de mi salud física. El consumo excesivo de alcohol puede provocar una serie de problemas de salud, como enfermedades hepáticas, cáncer y enfermedades cardíacas. Como alguien que solía beber con regularidad, era consciente del daño potencial que podía causar a mi cuerpo. Pero desde que cambié a bebidas no alcohólicas, he notado una mejora en mis niveles de energía y en mi salud física en general.
Otro beneficio que he experimentado es una mejora en mi bienestar mental. El alcohol es un depresor y solía descubrir que empeoraba mis síntomas de ansiedad y depresión. Pero desde que cambié a bebidas no alcohólicas, he notado una mejora significativa en mi estado de ánimo y en mi bienestar mental general.
El control del peso es otra área en la que he visto cambios positivos desde que cambié a bebidas no alcohólicas. El alcohol tiene un alto contenido calórico y puede contribuir al aumento de peso, pero desde que cambié a bebidas no alcohólicas, he podido mantener un peso saludable sin sentirme restringido.
Cambiar a bebidas no alcohólicas también ha mejorado mi productividad. El alcohol puede afectar su juicio y su capacidad de concentración, lo que puede afectar negativamente su desempeño laboral o escolar. Pero desde que cambié a bebidas no alcohólicas, he notado una mejora en mi capacidad para concentrarme y ser más productivo en mis tareas diarias.
Finalmente, cambiarme a bebidas sin alcohol también me ha ayudado a ahorrar dinero. El alcohol puede ser costoso y, al cambiar a bebidas no alcohólicas, he podido ahorrar dinero en los costos generales de mis bebidas.
Además de todos los beneficios, una de las cosas que me encantan de las bebidas sin alcohol es la variedad y el sabor. Hay muchas opciones disponibles, desde agua con gas hasta cócteles sin alcohol, cerveza sin alcohol y vino, y el sabor es tan bueno como el de sus homólogos con alcohol.
En conclusión, pasar del alcohol a bebidas no alcohólicas ha sido una de las mejores decisiones que he tomado para mi bienestar general. Ha mejorado mi salud física y mental, mi control de peso, mi productividad y mi bienestar financiero, y lo mejor es que las bebidas sin alcohol saben muy bien y pueden ser muy diversas. Se lo recomiendo encarecidamente a cualquiera que busque hacer un cambio de estilo de vida más saludable.